¿Qué es una Adaptación Curricular?
Cuando hablamos de alumnado con Necesidades Educativas Especiales, aparece unido a él de forma casi automática el término de Adaptación Curricular. A lo largo de estas líneas, pretendemos explicar de una manera muy breve y sencilla en qué consiste este, considerando la vital importancia que tiene en el desarrollo integral de nuestro alumnado.
En primer lugar, debemos situarnos dentro del marco legislativo que actualmente regula el sistema educativo español a nivel estatal. En concreto, nos referimos a dos leyes esenciales: la LOE (Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación); y la más reciente LOMLOE (Ley Orgánica 3/2020, de 29 de diciembre), que viene a modificar algunos artículos de la primera.
La LOMLOE aboga por el modelo de Diseño Universal para el Aprendizaje (DUA), que parte de la necesidad de atender a toda la diversidad que existe en nuestras aulas. De este modo, la educación inclusiva se convierte en un principio fundamental.
En un intento de abarcar en mayor medida esta gran diversidad, la Ley ha ampliado la clasificación de los alumnos con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (ACNEAE) que requieren una atención educativa diferente a la ordinaria (Art. 71.2.).
Una de las categorías que se enmarcan dentro de los ACNEAE son los alumnos y alumnas con NEE, cuyas dificultades derivan de una discapacidad o de trastornos graves de conducta, de la comunicación y del lenguaje (Art. 73.1).
Una vez detectadas, debidamente evaluadas y concretadas las necesidades específicas de cada alumno, son los organismos educativos competentes los encargados de determinar las medidas y apoyos precisos en cada caso. Estos estarán orientados a la consecución de los objetivos de la etapa escolar en la que se encuentre el alumno.
Entre las medidas más comunes a las que recurre la Administración se hallan las Adaptaciones Curriculares. Se trata de una herramienta básica que busca garantizar la inclusión educativa de todo el alumnado, especialmente de aquel que presenta necesidades específicas.
Se entienden como los cambios o ajustes que deben llevarse a cabo en el currículo general para adecuarlo a un estudiante en particular, de una forma flexible y equitativa, ofreciéndole la oportunidad de alcanzar su máximo potencial y desarrollo individual.
Dependiendo de los elementos del currículum que se modifiquen, se distinguen dos tipos de adaptaciones:
- Significativas: en este caso, hablamos de cambios sustanciales que afectan a los objetivos, contenidos y criterios de evaluación.
- No significativas: implican ajustes en cuanto a los tiempos, actividades, metodología, las técnicas e instrumentos de evaluación. Se trata de medidas compensatorias y preventivas que pueden implementarse con cualquier alumno, tenga o no necesidades educativas especiales.
Deben ser elaboradas por los profesores responsables de cada asignatura, coordinados por el tutor de aula y asesorados por los servicios de orientación. Estas medidas de adaptación individualizada se comunicarán a la familia del alumno, que podrá efectuar del mismo modo las sugerencias que considere precisas.
En último lugar, aunque no pueden considerarse Adaptaciones Curriculares propiamente dichas, se encuentran las adaptaciones de acceso al currículo. Consisten en proporcionar ciertos apoyos o adecuar determinados aspectos para que un estudiante, que en este caso presenta unas necesidades muy concretas, pueda seguir el plan de estudios oficial, pero sin alterar este. Pueden ser de dos tipos:
- De acceso físico: suponen la provisión de recursos espaciales (ej. supresión de barreras arquitectónicas), materiales (mobiliario adaptado) o personales (intervención de un profesional especializado).
- De acceso a la comunicación: mediante el uso de sistemas aumentativos o alternativos, ayudas técnicas y metodológicas o materiales específicos.
Para concluir, debemos tener muy presente el papel protagonista que desempeña el docente para que una educación inclusiva de calidad pueda convertirse en realidad en nuestras aulas. Debe ser un agente activo de cambio y, para lograrlo, ha de asumir la responsabilidad de conocer individualmente a sus alumnos, sus características y necesidades particulares, y adaptar en consecuencia el currículo oficial a las mismas. De forma simultánea, debe ser un dinamizador que promueva la cultura de inclusión dentro de la propia clase, un espacio abierto, flexible y seguro en el que todos se sientan respetados y valorados.
“Las personas, al igual que las aves, son diferentes en su vuelo,
pero iguales en su derecho a volar”.