Rompiendo etiquetas: cada niño es mucho más que un diagnóstico

“Es autista”, “tiene discapacidad intelectual”, “es hiperactivo”, “es difícil”. A menudo, sin querer, nos dejamos llevar por etiquetas que definen a los niños por sus diagnósticos. Y aunque los diagnósticos pueden ser útiles para comprender ciertas características planificar apoyos, no pueden ser el punto de partida para relacionarnos con una persona.
En Fundación Tacumi, creemos profundamente que cada niño es único, irrepetible y valioso por sí mismo. Y que la inclusión empieza cuando dejamos de mirar el déficit y empezamos a ver el potencial.
¿Qué son las etiquetas y por qué son peligrosas
Una etiqueta es una forma reducida de nombrar una realidad compleja. Sirve para organizar, para clasificar. Pero cuando hablamos de personas, especialmente de niños, las etiquetas pueden volverse trampas.
Nos hacen ver a los alumnos solo por su diagnóstico y no por su personalidad, intereses, talentos o historia. Acaban limitando las expectativas de los adultos, encasillando las oportunidades de los niños y marcando sus relaciones con los demás.
Por ejemplo:
♦️ Si decimos que un niño “es agresivo”, dejamos de preguntarnos qué necesita, qué le está doliendo, cómo se comunica.
♦️ Si decimos que “no es capaz”, dejamos de ofrecerle apoyos que quizás sí le permitirían participar.
♦️ Si decimos que “es difícil”, dejamos de revisar nuestras estrategias y nos quedamos en la resignación.
Mirar más allá
¿Qué hay detrás de un diagnóstico? Siempre, una historia. Siempre, una persona con emociones, sueños, sentido del humor, cosas que le gustan y otras que no. Por eso en Tacumi defendemos un enfoque centrado en la persona.
Eso significa:
♦️ Individualizar los apoyos: no todos los niños con el mismo diagnóstico necesitan lo mismo. Cada uno tiene fortalezas y desafíos únicos.
♦️ Escuchar activamente: a veces los niños no pueden decir lo que sienten con palabras, pero lo muestran con su comportamiento, sus gestos, su mirada.
♦️ Fomentar entornos flexibles, donde todos puedan participar de formas distintas, sin ser comparados o medidos por el mismo rasero.
♦️ Incluir a las familias: son quienes mejor conocen a sus hijos y quienes más necesitan sentirse acompañadas, no juzgadas.
Los diagnósticos no definen el valor.
Reconocemos el valor del diagnóstico cuando sirve para entender y apoyar. Pero nunca cuando se usa como excusa, sentencia o barrera. Porque un diagnóstico puede explicar una parte, pero nunca explica a la persona completa.
Creemos que la escuela debe ser el lugar donde los niños descubran quiénes son, qué pueden aportar, cómo brillar. Y para eso, es urgente romper etiquetas, dejar de mirar lo que “falta” y empezar a ver todo lo que hay.
En Tacumi decimos que cada niño es un universo. Y no hay diagnósticos que definan un universo.